Si bien un paciente, por su estado de salud o su historia de la
enfermedad, puede tener un riesgo muy alto de morir en un período relativamente
corto, por ejemplo 1 año en el caso de pacientes etiquetados de crónicos
complejos agudizados, esto no es incompatible con que, en un episodio de
hospitalización de agudos de este mismo paciente, el riesgo agudo (posibilidad
de morir en una hospitalización) sea relativamente bajo.
Por esto es
muy diferente el análisis de la mortalidad ajustada desde la óptica del paciente respecto del análisis
epidemiológico desde la óptica de los episodios de hospitalización de agudos.
Cuando los
ajustes se hacen desde la perspectiva de los episodios, a partir de los riesgos
identificados con las comorbilidades registradas en el CMBD, otros factores que
también pueden impactar en la mortalidad, pero que tienen un efecto sobre el
paciente, como pueden ser diferentes situaciones en el territorio, aportan una
variabilidad en los resultados en mortalidad que no podemos controlar
estadísticamente sólo con los datos disponibles en el CMBD.
La hipótesis
es que los hospitales pueden tener “condicionados” sus resultados en mortalidad
ajustada por riesgo cuando se analizan los episodios de hospitalización de
agudos, por situaciones que "escapan" a su control. Expresado
estadísticamente, la hipótesis nula es que otras "situaciones de
riesgo" más allá de las comorbilidades registradas en el CMBD, no se
asocian a las diferencias encontradas en el índice de mortalidad ajustada desde
el punto de vista de los episodios de hospitalización.
Con este objetivo se ha
realizado una encuesta a los hospitales participantes en la red de
Benchmarking Sanitario 3.0 (BS3), preguntándoles sobre algunos condicionantes potencialmente
asociados a tener mejores o peores resultados relativos en el indicador de
mortalidad intra hospitalaria.
Condicionantes
analizados, disponer de:
- Hospital a
domicilio.
- Unidades
de subagudos.
- Servicio
de paliativos.
- Soporte de
la Atención Primaria (AP) en situación de "final de vida".
- Soporte de
tipo Sociosanitario.
- Unidad de
pacientes crónicos agudizados.
Condicionantes
analizados, relación con otros indicadores:
- Tasa de
mortalidad ajustada del territorio.
- Tasa de
Hospitalizaciones potencialmente prevenibles.
Conclusiones
Con un número limitado de encuestas hay que ser muy prudente con las interpretaciones. Aunque algunos resultados hayan alcanzado significación estadística, ésta
puede estar sesgada en haberse podido producir una selección espuria de
hospitales, si el hecho de responder la encuesta está asociado a la variable dependiente, la Razón de Mortalidad Estándar (RME), o alguna/s de las
variables independientes estudiadas.
Se ha
encontrado una asociación bastante significativa con tener un resultado
desfavorable en la RME cuando:
- No se
tiene suficiente apoyo de tipo Sociosanitario.
- No se
dispone de un dispositivo similar a una UPCA (Unidad de pacientes crónicos
agudizados).
- El
resultado de la tasa de mortalidad estándar del territorio de influencia es
desfavorable.
- Se hacen
más hospitalizaciones potencialmente evitables que las esperadas ajustadas.
Por el
contrario, no se ha encontrado asociación de la RME con otros factores como: Tener
o no actividad de Hospital a domicilio, Disponer o no de una unidad de
subagudos, Tener o no el hospital un servicio específico de paliativos, Percepción
que se tenga del grado de apoyo que hace la AP en situaciones de final de vida.
Un artículo
interesante, titulado “Asociaciones entre satisfacción laboral, compromiso y mortalidad de pacientes a los 7 días: una encuesta transversal”, analiza otras posibles relaciones entre
factores internos ligados a los entornos laborales de los trabajadores
sanitarios medidos con 19 factores organizacionales, y la mortalidad en
procesos de infarto agudo de miocardio (IAM), accidente cerebrovascular y
fractura de cadera. De sus conclusiones principales destaca haber encontrado una
asociación negativa de la mortalidad en estos procesos con una mayor carga de
trabajo de enfermería y con un reporte de percepción de falta de compromiso
profesional y organizacional de los responsables facultativos por parte de
mandos intermedios.
Aunque la
potencial relación entre la cultura organizacional y los resultados clínicos
pueda ser de Perogrullo, no es tan fácil demostrarlo y en cada caso el cóctel de factores es diferente.