agosto 24, 2016

El mejor hospital

Cuando queremos comprar un producto o un servicio, la valoración se centra, inconscientemente o no, en el concepto “calidad/precio”. ¿A dónde me voy de vacaciones?... ¿qué coche me compro?... no es sólo una cuestión de gustos, porque tengo un límite de presupuesto. Pero esto no aplica a los servicios de salud, al menos en la mayoría de los casos en nuestro entorno, siendo la salud un derecho y por tanto su provisión universal y gratuita para el usuario.
Esto de no pagar directamente por la atención sanitaria debería tener un impacto directo en cómo responderíamos a la pregunta: ¿A qué hospital voy a que me atiendan de mi enfermedad?... si voy a pagar lo mismo, nada, querré ir al “mejor” hospital.

Afortunadamente, no existe el “mejor” hospital, y todo depende... ¡y la sociedad y los pacientes lo saben!... y esto ayuda a mantener el equilibrio entre proveedores de salud en territorios compartidos o muy próximos, donde la accesibilidad no sería un problema.

Sin embargo, desde la perspectiva evaluadora se persigue con insistencia una valoración totalizadora de los servicios de salud, un ranquin “mágico” que ordene, o como mínimo separe, los hospitales mejores del resto.

En este sentido, Centers for Medicare & Medicaid Services (CMS) ha publicado el mes pasado los resultados de una clasificación de hospitales que han realizado a partir de una metodología que pondera 64 indicadores en un único indicador resumen de la calidad global, que calculan para todos los hospitales del país con una escala de 1 a 5 estrellas. Las dimensiones de los indicadores abarcan la experiencia (subjetiva) de los pacientes, la seguridad (técnica) y los resultados de la atención recibida (eficacia), para pacientes adultos y excluyendo cierta actividad de elevada especialización.

La metodología completa no sólo está disponible en formato pdf, sino que incluso se pone a disposición de los centros el código completo del programa estadístico SAS para que puedan verificar sus resultados. El desarrollo del método supone dos años de trabajo en Yale New Haven Health Services Corporation – Center for Outcomes Research and Evaluation (CORE), por encargo de CMS. Establecen 5 pasos:


1. Selección de los indicadores a incluir y normalización de sus resultados (“Z” scores).

2. Agrupación de los indicadores.


3. Cálculo de la puntuación por grupo, teniendo en cuenta la diferente variabilidad estadística de los resultados, el volumen de datos en cada hospital y en cada indicador, y una consideración especial para casos outliers.

4. Cálculo del promedio ponderado de los grupos para obtener las puntuaciones de resumen, y aplicación de ponderaciones según el peso acordado para cada grupo.


5. Aplicación de un algoritmo de clusters para obtener el número de estrellas asignadas a cada hospital en función de su puntuación resumen.

Comentario:
El método, más o menos difícil o sencillo, según se mire, quedará siempre en letra pequeña. Lo que se busca es la idea final, la satisfacción cuando nuestro hospital obtiene 4 o 5 estrellas,... pero lo importante habría de venir después, ¿qué acciones se plantearían los responsables de un hospital para mantener las estrellas, y sobre todo, para conseguirlas si no las tienen?

Paradójicamente, este “ejercicio estadístico” de resumir la evaluación de la calidad, no sirve para ayudar a mejorar la calidad total:

“Two hospitals may have the same star rating does not mean they have identical hospital quality”.

“Star ratings are not intended to guide specific hospital quality improvement efforts”.

... Lo que decíamos al principio: no existe el “mejor” hospital, y todo depende... ¡y la sociedad y los pacientes (y la Administración) lo saben!

La calidad está en los pequeños detalles, en cada proceso, paciente a paciente, de manera que el análisis y las acciones de gestión clínica para la mejora han de ser igualmente pormenorizadas. 


Agradecimiento al blog “Salud con cosas”, entrada “Cinco estrellas”, y a los lectores por sus comentarios.